Anna vino abriendo su propio camino tras los pasos del gran maestro Astor Piazzolla. Su trayectoria desafiante superó obstáculos como su nacionalidad japonesa y el idioma. Ella es el vivo ejemplo de las infinitas posibilidades que el ser humano posee.
“El modo de pensar “debe ser de tal manera” da pena ya que hay muchas cosas de nuestras vidas que no son así. Gracias a las experiencias vividas en el exterior me fortalecí tanto espiritual como físicamente. (risa). Cuando no estoy conforme con los ensayos o cuando me evaluan mis capacidades, me pregunto a mí misma “ qué quiero ser ”, entonces vuelvo al punto de partida que es ofrecer el amor al público a través de la canción. Me esfuerzo lo máximo posible. No es que tenga suficiente confianza, es decir al no tenerla, me focalizo en ese momento y me esfuerzo lo más que pueda. Cada día tengo la sensación de la importancia de la palabra “ICHIGO ICHIE” (un encuentro, un momento)
La voz de Anna se convierte áun mas hermosa con el comentario del maestro Horacio Ferrer, quien escribiera las poesías a los temas de Piazzolla: “La voz de Anna es como si fuera un perfume”. Su voz que purifica la tristeza de quienes la oyen es un “milagro”, producto de su pasión por el canto.